La gripe es una enfermedad muy frecuente, ya lo sabéis. Tiene un gran impacto socioeconómico, también por el absentismo laboral, escolar. También a nivel de salud es responsable de miles de casos graves, sobre todo en menores de cinco años. Implica exacerbaciones de pacientes asmáticos, complicaciones bacterianas generales, sepsis, etcétera.

Hay muchos casos leves, como sabemos, pero también casos graves, y por ello la vacunación es la forma más eficaz de prevenir la transmisión de la gripe. Por ello, la OMS y el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría y Catalana de Pediatría aconsejan la vacunación antigripal y este año ya se ha incluido de forma sistemática en el calendario obligatorio de seis meses a cinco años de edad.

Luego, en niños mayores de esta edad con factores de riesgo, pero obligatoria en niños sanos de seis meses a cinco años. También porque son el factor principal de transmisión, pues con eso conseguimos una protección individual, familiar y comunitaria.

Desde vacunación tenemos dos tipos: la intramuscular y la intranasal. La intranasal es la aconsejable, la recomiendan como elección de dos años a 17 años. No se puede poner en menores de dos años. Por tanto, de seis meses a dos años ha de ser la intramuscular y mayores de 17 años, también la intramuscular, pero de 2 a 17 años podemos escoger, aunque solo está subvencionada la intramuscular.

¿Pero por qué se aconseja la intranasal? Porque es de más fácil administración, porque tiene mayor eficacia, mayor cobertura y menos efectos secundarios. Mayor eficacia porque actúa en la puerta de entrada y menos efectos secundarios, ya que actúa en la mucosa. Los efectos secundarios son congestión, fiebre leve, no como los de la vacuna intramuscular, que pueden ser fiebre alta, dolor muscular, cefalea, etcétera.

Y bueno, para los niños es evitar un pinchazo. Os animo a que vacunen y deseo a todos un buen invierno. ¡Cuidaros!

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